jueves, 29 de diciembre de 2011

2011. ♥

~ ¿Como empezar? Si solo con recordar los miles de momentos que he pasado este año se me saltan las lágrimas. Ha sido otro año único. Sinceramente no todo han sido alegrías. He pasado momentos muy malos. He cometido errores. He llorado y he reído. He estado en lo más alto y en lo más bajo.
Pero bueno, de todo se aprende. En 365 días han pasado demasiadas cosas, miles de momentos únicos, que ahora que sé que no se volverán a repetir es cuando verdaderamente comienzo a valorarlos.
Miles de risas, miles de fines de semanas inolvidables. Incluso el más pequeño de los detalles nunca se me olvidará.
Un verano que sí  lo describiera con la palabra "increíble" me quedaría corta, muy corta. Simplemente porque ha sido mucho más que eso. No hay palabras. Momentos que estarán ahí en mi corazón para siempre.
Un verano imposible de olvidar. Un verano perfecto, un verano de película.
Después como siempre llegó el frío invierno y le tuvimos que decir no un adiós, sino un hasta luego a todo aquello. Porque volveremos.
No voy a mentir, después de uno de los mejores veranos de mi vida, por no decir el mejor, he pasado varios de los peores meses de mi vida. Unas veces estás arriba y otras abajo. Ironías de la vida.
Quizás todo esto me ha servido para ser más fuerte. O quizás no. No lo sé.
También he conocido a personas maravillosas, unas están cerca y otras están lejos. Pero que de una u otra forma han pasado a formar una parte muy importante de vida. Quizás esas personas que están lejos me han apoyado incluso más que las que están aquí a mi lado diariamente cuando más lo necesitaba.
Pero sin dudarlo lo más a duro a sido otro año más sin ella, sin mi abuela. Algo que creo que nunca llegaré a superar. Es demasiado duro.
Que se que la vida sigue, y yo la sigo. Pero ya nada es igual.
Ahora, dentro de dos días sonarán las doce campanadas. Doce campanas que dejarán para siempre en el recuerdo todos estos momentos, estos y muchisimos más que no tengo ni tiempo ni espacio para contarlos uno a uno. Pero serán recuerdos que jamás se borrarán. Que quedarán sellados para siempre.
Que cuando la última campana suene, tú abuela, serás la primera persona en la que piense. Pero detrás vendrán todos esos recuerdos. Y cada una de esas personas que en algún momento en este 2011 me han hecho sonreír.
Solo queda decir, que espero que este año nuevo sea igual o aún más perfecto que 2011. Que espero ver a muchas personas que ahora no están aquí. Y que se van 365 días increíbles, pero vendrán otros 365 días aún mejores.
Att. Irene.
Feliz 2012. :)

viernes, 23 de diciembre de 2011

Desaparecer.

Justo en este momento lo único que me gustaría hacer es salir de aquí, perderme sin que nadie me encontrara. Ser invisible para el mundo. Que nadie me mire. Que nadie me hable. Ser inexistente.
Me encantaría desaparecer. Esconderme en cualquier lugar lo más lejano posible. Escaparme de esto a lo que llamamos mundo.
Y así poder sentirme de nuevo yo, la misma de antes. La niña que desapareció hace tiempo. La que va a costar tanto trabajo que vuelva. La que sonreía por todo y lo único que quería era vivir cada minuto como si fuera el último.
Esa que ya no existe, y que por desgracia se ha convertido en alguien que hasta yo misma desconozco. Las ganas de reír se fueron. Los amigos ahora son simples desconocidos.
Es como si ya no encajara en este rompecabezas. Como si mi vida hubiera dado un giro total. Como si se hubiera destrozado.
Estoy cansada de mostrarle al mundo una sonrisa falsa. Una sonrisa que esconde miles de lágrimas. Estoy cansada de guardarmelo todo para mi. Estoy cansada de decir "estoy bien" simplemente para no preocupar a nadie. Estoy harta de pasar noches en vela mojando con cada lágrima mi almohada. Estoy cansada de todo.
Ya no soy yo, soy alguien que yo misma desconozco. Soy alguien que ya no encuentra ningún motivo por el que sonreír.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Aquella niña pequeña. :$

¿Sabes qué? Hoy iba paseando por mi ciudad. Y llegué a una plaza, allí había grandes proyecciones con dibujos a los que acompañaban alegres villancicos. Me paré, y de pronto vi a mi lado, muchos niños pequeños.
Gritaban a sus madres, "¡mamá, mira Navidad!".
Los miré y de pronto fue como si en la mirada de aquella pequeña niña, me viera a mi misma reflejada. Esa ilusión, aquella frase que tantas veces he gritado yo a mi madre. Esas ganas de Navidad. Esa felicidad sin motivo. Esa sonrisa verdadera.
De verdad, fue algo increíble. Me paré allí, y de pronto llegaron a mi mente todos esos recuerdos de mi infancia, esos que estaban ahí guardados desde hace tanto tiempo. La mirada de aquella niña tenía algo especial.
Me puedes llamar, tonta o sentimental o lo que tu quieras. Pero las emociones no se pueden controlar, y menos si es algo como los recuerdos de nuestra infancia, el momento más feliz de nuestra vida.
Te confieso algo, justo en aquel momento volví a sentir aquellas mariposas. Las mariposas de la ilusión, aquella ilusión que sé que no la he perdido, pero que ya no es lo mismo.
Justo en aquel momento comprendí que en lo más profundo de mi ser sigo teniendo a aquella niña pequeña que cada Navidad decoraba su árbol, la que le encantaba decorar la casa con miles de adornos. La que disfrutaba montando el belén, la que se pasaba horas eligiendo los regalos que escribiría en su carta para toda la familia. La que cada año, esperaba con ansia a Los Reyes Magos.
La niña que pensé que ya no existía, pero que ahora sé que sigue ahí y que nunca se irá.

sábado, 10 de diciembre de 2011

Siempre estarás en mi. ♥

Ahora llegan esas fiestas en las que todo el mundo aparenta ser feliz. En la que la cara de los niños pequeños, y no tan pequeños se llene de ilusión, ahora llega la Navidad.
Que fechas tan bonitas, ¿verdad? Yo también pesaba así. Hasta aquel 2009. Aquel año en el que te fuiste para siempre. Si supieras lo que te echamos de menos.
La Navidad ya no es igual. Se nota que falta algo. Se nota que faltas TÚ.
¿Te acuerdas cuando cada fin de año, al terminar las campanadas llorabas por el abuelo? Sí, ese llanto que yo de pequeña no comprendía. Pues, ¿Sabes qué? Ahora soy yo, la que al terminar las campanadas llora. Sí, por ti. Créeme que no soy la única. Es muy dificil. Todos notamos tu ausencia. Tu alegría dejó un gran vacío. Pero aún así te siento aquí, conmigo.
Todos me dicen que la vida sigue, y yo se que es verdad. Pero yo quería seguir mi vida contigo. Ahora me falta una pieza del rompecabezas de mi vida. Una pieza que se, que aunque me duela no volveré a encontrar.
Abuela, sólo quiero que sepas, una vez más que aquí te echamos de menos y que el próximo 25 de Diciembre tu ausencia se notará más que nunca. Que cuando el 31 de Diciembre suene la última campanada no dudes que serás la primera persona que pasará por mi mente. Que ese 6 de Enero, cuando me levanté y vea mis regalos echaré una vez más en falta, ir a tu cama y darte mi regalo de Navidad.
Echaré en falta que tú estés ahí, a mi lado mientras yo abro los míos. Echaré en falta que estés en la comida con todos nosotros. Te echaré en falta a ti.
No sabes lo que daría por verte una ultima vez y decirte todo esto, darte un beso y un abrazo interminable, mirarte a los ojos y decirte:
Abuela, te quiero. ♥