sábado, 8 de junio de 2013

El cielo en la tierra.

¿Y a ti? ¿Y a ti que te puedo decir? Si eres el único y gran amor de mi vida. Si es verte y sentirme especial, si es mirarte y decir una y otra vez que no existe nada más bonito.
Que tengo la suerte de tenerte aunque sea en una mínima parte, que no sabes que orgullo es poder decir que te pertenezco y siempre lo haré, porque nuestro para siempre es verdadero. 
Todos dicen que tienes un color especial, se equivocan no es especial, es único, porque tú, Sevilla, eres única. 
Andar por tus calles es como pisar trozos de cielo con aroma a Azahar, un Azahar que se convierte en incienso para hacernos tocar la gloria con la punta de los dedos, o incluso más que eso. 
Un incienso que da paso, al colorido, al cante y al baile. 
Nuestra Sevilla, de la que todos presumimos, a la que todos mimamos, a la que todos queremos.
Tú, Sevilla, mi Sevilla, la del color especial. 
Sí, Sevilla, la que convierte penitencias, en glorias. Sevilla, de la que está enamorada hasta el Giraldillo. Sevilla, la de la Torre del Oro y el río grande. 
Sevilla, el cielo en la tierra.