viernes, 17 de mayo de 2013

Parece mentira todo, siempre supe que la cosas cambiaban, pero nunca pensé que a esta velocidad. En pocos meses, todo ha cambiado, en todos los sentidos. Nada es lo que fue una vez. Bueno, me equivoco, ha cambiado todo menos yo, que sigo siendo la misma tonta que piensa que esto todavía tiene solución.
Siempre he dicho que los para siempre no existen, ahora más que nunca puedo decir que es esto es cierto. Puedo de decir, que hasta de la única persona que no me lo esperaba, ha roto ese para siempre. Otra más a la lista, a una interminable lista que cada vez se hace más y más larga.
Y después, se quejan de mi desconfianza hacia todo y todos. ¿Cómo quieren que confíe en los demás si al final de una forma u otra todos me fallan? ¿COMO?. Yo no puedo vivir con una de cal y otra de arena.
No puedo confiar en alguien que solo me quiere para esos buenos ratos, pero que cuando estoy mal, se va a buscar a otra para esos buenos ratos. 
No puedo confiar, en alguien que me dijo para siempre, y que ahora mismo posiblemente ni se acuerde de mi existencia. 
No puedo confiar, en esos 'yo estoy aquí', sin fundamento.
Ni siquiera puedo confiar en personas que conozco de siempre, ya no. 
Y así he llegado a lo que soy, una persona que se traga todos sus problemas, sin contarle nada a nadie. Mostrandole al mundo una felicidad que no existe. Una persona, con el autoestima por los suelos. Pero que aún así hace todo lo posible por subírselo a los demás, es todo muy irónico lo sé. 
No hay un día que no pase por mi cabeza, ese 'quiero empezar de cero donde nadie me conozca'. 
Yo antes no era así. Pero ahora soy esto, en lo que me han convertido. 
Puedo superar uno, dos, tres palos, de esos que te da la vida. Pero tantos no. 
Estoy harta de esos, 'tranquila, te entiendo'. No, no me entiendes ni lo más mínimo. Soy como un iceberg, nadie me ve entera realmente. Nadie me conoce completamente. Ni nadie lo hará. 
Estoy cansada, de todo y de todos. De que nadie me entienda. De que nadie se preocupe por mi. De que nadie este cuando realmente lo necesito. Y cuando digo nadie es NADIE.
¿Para qué se van a preocupar? Si al final, yo estaré ahí cuando me necesiten. Yo, la tonta de siempre, la que se repite una y otra vez, que no caiga en la misma trampa, que no tropiece en la piedra de siempre. Pero que al final, siempre acaba cayendo otra vez, y otra, y otra más. 
La que se promete una y otra vez buscar y encontrar la felicidad, pero nada. 
Yo, esa chica sencilla, que aunque no lo parezca, de vez en cuando necesita que le demuestren que aunque sea poco, le importa a alguien. 

1 comentario:

  1. aaiss dios mio !!!
    me puede sentir mas identificada con esta entrada ?
    yo creo que no
    amen irene amen !!!
    estoy totalmente igual que tu
    que pena no ser de la misma ciudad y poder estar mutuamente la una con la otra porque vamos....
    en fin como yo digo estar rodeada de tantisima gente y aun con todo, sentirse sola. es algo muy duro
    Bienvenida al club un besazo grande y mucho animo y fuerza
    aunque tambien deberia aplicarmelo a mi misma
    besos guapa

    ResponderEliminar