domingo, 6 de agosto de 2017

365.

Y llegaste. Llegaste cuando menos me lo esperaba, cuando ya no creía en nadie, en nada, en el amor.
Pero llegaste, sí. Llegaste para quedarte, para cambiarme la vida. Para mejorarme. Para quererme. 
Llegaste en el momento justo, en ese que dicen que no se busca, que precisamente por eso es el momento perfecto. 
Perfecto. Quizás esa es la palabra para describir mi  mundo desde que llegaste. Me cambiaste. 
Jamás nadie me había hecho sentir lo que tu provocas en mi. 
Cada minuto quiero más, más de ti, de tus besos, de tus abrazos, de tu mano entrelazada con la mia. Siempre quiero más. 
Mariposas. Yo que hasta entonces solo había sentido hambre.. pues fue llegar tú y oye, sigo teniendo hambre, pero de ti. 
365 formas de querernos, de odiarnos, y de volver a querernos aún más. Porque te aseguro que a quererte no me gana nadie. 
Llegaste, y de pronto sonreía por todo y por nada a la vez. Me buscaste y me encontraste (por suerte).
Te elegiría mil veces. A ti y a tus defectos, que te hacen perfecto. A ti y a tus arruguitas en la cara cuando me sonríes. A ti y a tus "vale" como contestación a un te quiero. 
A ti y a tu manera de quererme, de cuidarme, de estar. A ti, mi persona favorita en el mundo. 
365 (días), innumerables momentos. Y que bonito que en todos mis momentos bonitos este tú, que estemos los dos, juntos. 
Siempre. Cuanto miedo da esa palabra, pero es que, te quiero, y quiero que cada mañana al despertar siempre estés ahí. Quiero verte siempre conmigo. A mi lado. Riendo, llorando, besándome, acariciándome, cuidándome. Tú siempre.