Pasión cofrade.


Prepárate Sevilla, para oler a azahar. Para cubrirte de cera y plata limpiar. Prepárate Sevilla, para volver a ser tú, ciudad de Esperanza con cielo azul. 
Prepárate Sevilla, para envolverte en incienso, para volver a cubrirte de fe a ti y a todo tu universo. 
Sevilla, la del color especial, la de traseras de palio que alejándose van, la de misterios que dejan rastros de olivos al pasar. Sevilla, nuestra Sevilla, la que anda al son de un rachear, la que hace penitencia sabiendo disfrutar. 
Sevilla, callada, en silencio va, con paso abierto a la voz de un capataz. 
Y con un izquierdo por delante cruzando el puente vendrán, sentado, atado, caído, ¿que más da? Triana hasta crucificado te querrá. 
¿Amaneceres? de esos hay muchos, pero como ese ninguno. Amanecer contigo, amanecer con Triana, amanecer de Esperanza bajo palio por un puente que parece que no acaba, hasta llegar al altozano donde tu barrio te aclama. 
Prepárate Sevilla, porque pronto será primavera, se nota en el crujir de cada trabajadera. 







Guadalquivir de dos orillas
en una Triana y en otra Sevilla. 
Guadalquivir en primavera 
que da sentido a la larga espera 
de volver a ver el azahar por las aceras. 
Guadalquivir sevillano, 
que trianero te haces cuando te acercas al altozano.






Y ves que la espera se está acabando, que el azahar ya está germinando. Sevilla ya está despertando para llenar de felicidad a cada sevillano. La espera se ve, la espera se siente cuando con capirotes ya ves a la gente. Cuando con incienso todo está perfumado, y la plata ya se está limpiando. 
Y entre roce y roce de zapatillas de esparto, entre ensayo y ensayo, esto ya se va acercando.
Solo queda esperar un poco más, para ver con una bonita Estrella cruza el puente otro año más, o ve si lo prefieres, a ese parque verde que pronto será blanco, blanco y lleno de Paz.
Y así poco a poco llega y nuestros sueños va haciéndose realidad, cuando el Lunes Santo, por el altozano va asomando Caifás, que con Soberano Poder avanza con un izquierdo más. 
¡Ay que semana! ¡Que semana para soñar! Semana que no se puede igualar cuando por la calle Oriente asoma Pilatos que presentándolo al pueblo está.
Y ya a mitad de semana, parece que todo se va acabando, pero aún queda mucho por lo que seguir soñando. 
Aún queda lo mejor, cuando después de ver al Baratillo entrar, un nazareno lleno de Pasión deja el Salvador y da paso a otra madrugá. 
Madrugá, madrugá en Triana, madrugá gitana. Esperanza tras un arco, Esperanza en Triana. Esperanza, siempre Esperanza. 
Madrugá sevillana, de cristo sentenciado que va con su cruz a cuestas, de cristo caído tres veces de camino a su Calvario. 
Noche de Salud y Angustia, que al amanecer nos llama a la Expiracion de Cristo en Triana. 
Viernes, viernes de Señorita por el puente, de O por el Altozano, que nos dice que esto ya se está acabando.
Y ya es Sábado, y ves esa trasera, Soledad, que solo nos dejas. Que vacío a tu paso, que nostalgia esa que me entra cuando veo que de mi tu paso se aleja.
Y así nos dejas envueltos en otra larga espera, hasta que de nuevo asome la primavera a esta tierra que lleva la Pasión por bandera. 
Pero ahora sonríe, disfruta de la Cuaresma, que todo esto es la bendita gloria que nos espera. 



Que vas a saber tú de cosas bonitas en el mundo si nunca has visto un palio alejarse, si nunca has visto unas bambalinas rozando ese balcón de aquella calle estrecha.
¿Algo bonito? Bonito es sentir  el calor de un cirio encendido, pisar el asfalto lleno de cera o ver ese azahar que solo sale en primavera.
Bonito es ver como se acerca, bonito es sentirla aquí, saber que ya no queda nada.
Bonita es Sevilla en primavera, que como ya dijeron otros, quita las penas.
Sevilla, mi Sevilla. ¿Como decirte lo que me haces sentir cuando veo que el azahar ya ha llegado a ti? Cuando suenas a plata limpiándose, a cornetas de ensayo y a racheo de costaleros de madrugada. ¡Ay Sevilla! Verte perfumada de incienso, bañada en cera y llena de Esperanza...
Esperanza, esa que en Sevilla no se pierde. Esperanza, esa que vive en Triana.
Esperanza, que me mantiene en esa espera eterna, pero que al llegar esa madrugada hace que todo cobre sentido. Vivir por un semana, por un instante, por ella.
Por eso, si tengo que decirte algo bonito, solo me queda decirte Esperanza, Esperanza de Triana.






Incienso, azahar y cera en las calles. Capirotes nazarenos que inundan la ciudad. Tambores en cada esquina acompañando cada chicotá. Y al final de aquella calle se escucha un solo de corneta que te hace hasta llorar.
Las plumas ya están fuera, el caballo ha comenzado a andar, un romano guía a Dios hasta Sevilla, que impaciente por verlo está.
Dios que ya ha caído tres veces, se vuelve a levantar para llevar a Triana la Esperanza una vez más.
Triana los entrega, Sevilla los espera.
Por el puente la Señora, por el puente la Esperanza, la Esperanza de Triana.
Y al llegar a Sevilla, ella se da cuenta, que Triana ya ha llegado con su Esperanza por bandera.




Y ahora, cuando ves que ya el azahar ha caído, que ya no hay antifaces esperando a ser colocados, ni tunicas colgadas en la puerta, te das cuenta que todo ha vuelto a pasar. Que todo fue un sueño esfímero del que aún te niegas a despertar. 
Ya no es primavera en Sevilla, toca volver a esperar. 
Toca guardar la plata y quizás hasta el costal. 
La túnica vuelve al armario, ¿el incienso? No, eso siempre está. 
Por la calle aún queda  cera, como la marca de que todo ha acabado ya. 
Sevilla se vuelve a dormir, hasta que esta larga espera vuelva a terminar. 
Mientras tanto, cruza el puente, quizás allí la espera no te haga tanto mal, quizás al final de la calle Pureza, encuentres justo esa Esperanza, para poder continuar. 




 Como decirte Sevilla, que estás más bonita que nunca. Sí, parece imposible, más aún. Como decirte lo que se siente al verte adornada de azahar y perfumada con incienso. Dime tú, Sevilla, como puedo explicar lo que siento al verte con ese color tan especial, no el tuyo habitual, si no más aún. 
Sevilla, suenas a Campanilleros, sabes a torrijas y sientes a Triana. 
Al llegar la primavera, te vistes de penitencia y sobre tu costal llevas a una reina, que puede ser Trianera, pero también Macarena. 
Sevilla, sí tú, mi Sevilla, esa Sevilla que cae tres veces, pero que antes de que le dicten Sentencia, en Silencio y con Gran Poder, te levantas llena de Esperanza y Salud, a ti, solo te pido una cosa, sácanos de esta Angustia, de este Calvario de espera, y ábrenos las puertas del cielo, otro año más. 





De pronto, comienzas a verlo, está cerca. El sol ya está anunciando una nueva primavera. Una nueva semana, un nuevo sueño.
Ya está aquí, ya no queda nada. Es momento de empezar a hacer ese nuevo sueño realidad, como cada año, un año más. 
¿Que me dices de ese cosquilleo cuando notas que todo está a punto de llegar?. Que ya se sacan túnicas, que ya se han puesto el costal. 
Que al azahar no le queda nada para florecer, que la cera está a punto de empezar a caer. 
Que cada músico empieza a ponerle son a este sueño del que hablo. 
Que me dices cuando notas, cuando sientes, que no queda nada para que esa semana con la que sueñas, comience. 
Que en tan solo veinte días el incienso se empezará a notar de verdad. 
Que al entrar en cada templo solo verás parihuelas sin montar, que la plata comenzará a brillar. 
Solo queda un suspiro, una ultima chicotá, Sevilla espera, que en nada comenzarás a soñar. 




Y de pronto, notas que se acerca, que ya no queda tanto, que la espera está terminando. Que ya suenan zapatillas racheando, que ya hay un capataz mandando. 
Que las cornetas comienzan a sonar, que el azahar está a punto de florecer. 
Que Sevilla se prepara, se prepara para un domingo de palmas.  Se prepara para su semana, la Semana Santa. La semana de los sueños, mi semana. 
Sevilla se prepara para mirar al cielo, allí están los que ya se fueron. 
Sevilla ya suena al crujir de las trabajaderas, a cornetas a tambores, a martillos, a plata. 
Sevilla comienza a notarla, ya está aquí, ya no queda nada. 



Hay una puerta en Triana, que cuando se abre, el mundo entero se para. Que cuando se asoma el caballo la gente grita, ¡Ya está aquí Triana!. Que en ese momento la espera deja de ser larga. Que otro año más Sevilla espera a Triana. Que Triana se los entrega y hasta el amanecer los espera. 
Que cuando esa puerta se abre, Sevilla deja de ser Sevilla para convertirse en Esperanza. No cualquier Esperanza, Esperanza de la cava, de la cava sevillana, Triana. 
Ella va tras él, tras un penitente que cae tres veces, pero que aún así, Triana lo mece, con el izquierdo por delante como solo Triana lo hace. 
Y cruzan la frontera, el puente, para ir a ver a Sevilla hasta que amanece. Y de vuelta a su barrio todo es diferente, la luz del sol dice que la Esperanza ya vuelve entre Aires de Triana y su gente. Y que ese cristo que cae tres veces se levanta, porque él no ha querido morir en Sevilla, él quiere morir en Triana. 


Con cariño, para un amante de la trabajadera. 




A mi llevadme a Triana,
llevadme y no sacadme de allí.
Que yo al abrir mi ventana
quiero ver el Guadalquivir.
Que yo no sé que tiene Triana
que yo no sé que me hace sentir.
A mi llevadme a Triana,
que yo sin ella no sé vivir. 





Anoche tuve un sueño. Soñé que el caballo ya se había asomado. 
Soñé también que Pureza se teñía de marineros blancos, y que entre varales la Esperanza ya estaba llegando. 
Soñé que ya Triana había empezado a andar trianeando. Soñé que un cristo caído tres veces, ya estaba andando. 
Soñé que Pureza aplaudía cuando veía a ese romano. Soñé que escuchaba un martillo a la voz de un capataz que decía, Triana espera, que tu cristo está llegando. 
Soñé que se abrían unas puertas, las puertas de la gloria. 
Soñé que todos gritaban, 'Olé Triana miarma'. 
Soñé con una madrugá, soñé que el sueño había llegado. Que la espera se había acabado. 



Siempre digo que mi calendario no empieza el 1 de Enero, no, mi calendario empieza el Domingo de Ramos. 
Todo el mundo dice que va en busca de la felicidad, yo también. Pero yo, tengo la gran suerte de encontrarla año tras años en ese Domingo mágico para mí, y para toda la ciudad. 
¿Sabes lo que es pasar 365 días pensando en ese Domingo? No, si no eres cofrade, ni te haces una idea de lo que es. 
En cambio, yo sufro la espera. Día tras día mirando un calendario, contando cuanto falta para que llegue ese momento. 
Pero ahí no queda todo, ni mucho menos. La espera va más allá de ese Domingo de Ramos. 
La espera llega hasta la calle Pureza, hasta la calle larga del barrio grande en su noche más mágica. 
Sí, vivo 365 días esperando a ver asomar las plumas de ese caballo, el caballo que guía a ese cristo para llegar hasta Sevilla. 
¿Y sabes qué? Ese cristo, ya ha caído tres veces en su camino a la ciudad más bonita del mundo, pero ÉL no muere, no. El se levanta, porque el dónde quiere morir es en Triana. 
¿Y su madre? Pues como todos sabemos cada tres caídas hay una Esperanza, y por eso su madre no lo abandona, ELLA va detrás, no le quita su mirada en ningún momento, no lo deja sólo. Ella va, dejando Esperanza en cada rincón que pasa. Ella es reina, madre y capitana de Triana. 
Y así,al son de cornetas y tambores, Triana a Sevilla se los entrega por una noche. 
Y aunque Sevilla no quiere dejarlos ir, cada amanecer debe devolverlos a su barrio, a su tierra, a su gente, porque Triana sin ellos, no puede vivir. 
Y así año tras año, esperando este momento, el momento en el que pueda tocar sus respiraderos, poder oler su incienso, poder contemplar su mirada, aunque solo sea por un instante. 
Dime tú, si esto no es pasión cofrade. 




Ser cofrade.

Hay a quien le parece una tontería, hay quien pasa de ello, hay quien no entiende lo que es una devoción. Hay incluso, quien insulta. 
Pero que puedo decir yo, siendo sevillana. ¿Qué? Pues absolutamente nada. Con este sentimiento se nace, es algo que se lleva dentro, muy dentro. Tanto, que se convierte en una forma de vida. 
Ser cofrade no es salir un Domingo de Ramos, a la calle por el siempre hecho de que es Domingo de Ramos, ni mucho menos.
Ser cofrade es vivir los 365 días del año, por una única semana. Nuestra semana grande. 
Ser cofrade, es ese brillo en los ojos, cuando va llegando la primavera y ya huele a azahar por las calles. 
Ser cofrade, es emocionarte una y otra vez, viendo a ese paso pasando por Campana. 
Ser cofrade, es esperar con ansía ese día en el que sacas la túnica y el antifaz del armario. 
Ser cofrade, es llevar esa cuenta atrás, día a día. 
Ser cofrade, es mucho más que salir una única semana a ver cofradías. 
Ser cofrade, es ser como se diría aquí, "capillita". 
Ser cofrade, es escuchar cornetas y tambores,en cualquier época del año.  
Ser cofrade, es vivir una semana durante todo un año. 
Porque la pasión, en Sevilla, no acaba. 


A tus plantas señora, se arrodilla Triana. 








Cuaresma. <3

~ Ahora sí, ahora empieza a oler a incienso en cada rincón de Sevilla. Ahora se escucha un único son, el de una corneta y un tambor. Ahora, empiezan esos ensayos. Ahora, es hora de comenzar a sacar del armario esa túnica, ese antifaz, ese costal. Ahora es tiempo de prepararlo todo. Sí, llegó la cuaresma. Ahora sí empezó la cuenta atrás. 


Desde la calle Pureza. 

Y ahí, entre cornetas y tambores, un cristo caído se acerca. Dicen que es la tercera vez que cae. Dicen que va a cruzar el puente, que desde el barrio grande hasta Sevilla a Él lo mecen. 
Dicen que el tiempo se para cuando Él por el puente pasa. Dicen que al llegar a Campana todos los aclaman gritando, "Ya llegó Triana". Dicen que Sevilla espera a que Triana se los entregue.
Dicen que la Giralda espera impaciente, a ver esa "chicotá" con el izquierdo por delante. 
Dicen que se nota, cuando llega. Que toda la espera, vale la pena cuando por la esquina de la avenida Él se acerca.
Dicen que va acompañado. Que su madre va tras Él.
Dicen que a ella también la llevan con una "chicotá" trianera. 
Dicen que sólo ellos son capaces de llevar ese son. 
Dicen que no es un son cualquiera. Dicen que ese son sólo se puede llevar desde la calle Pureza.


El comienzo de un gran sentimiento. 

~ Sé que esto hay gente que no lo comprende. Y lo entiendo. No a todo el mundo le puede gustar lo mismo. Pero para mí es algo demasiado importante. Es algo que me corre por las venas. Es mucho más que un simple sentimiento. Es una forma de vida.
¿Sabes lo que es esperar 365 días para que llegue ese Domingo de Ramos? ¿Sabes lo que es que tan sólo con escuchar el sonido de una corneta tus vellos se pongan de punta? ¿Sabes lo que es la sensación al percibir ese olor a incienso? ¿No lo sabes? Yo si. Soy cofrade.
Por eso sé que no entiendes este sentimiento. Esto hay que llevarlo desde pequeño.
¿Sabes? Te contaré una historia, quizás así lo entiendas.
Hace diez años, una pequeña niña iba con sus padres como cada año a ver salir la primera hermandad a la calle. Esa pequeña niña de tan solo cinco años, disfrutaba como nadie. Sus manos se movían al son de las cornetas y tambores y sus ojos estaban clavados en cada nazareno. Sí, era increíble. Pasaban los días, la semana se acababa. Hasta que llegó el Jueves Santo. Era tarde, y la pequeña veía como sus padres se iban.
Preguntó, " ¿mamá donde vas? " Ella le contestó, " a ver la madrugá hija ". La niña quería ir pero no la dejaban. Tenía que quedarse con su abuela, aún era demasiado pequeña. Aquella noche no durmió. Trasnochó, solo para ver a ese caballo trianero y a la reina de Triana.
De pronto entre cornetas y tambores apareció en la televisión el caballo. Los señores que hablaban decían que se notaba que llegaba Triana, que como él no anda ninguno.
Los ojos de nuestra pequeña, de pronto se abrieron como platos. Sintió algo dentro. Miró a su abuela y le dijo "ese señor es más guapo que ninguno abu". La abuela le dedicó una sonrisa confidente y le dijo, "es el rey de Triana. Es el moreno de la calle Pureza."
En ese momento la niña se dio cuenta de que algo cambiaba en su interior que cada chicotá le transmitía algo.
Iban pasando nazarenos. Y de pronto volvió a escuchar las cornetas esta vez era la virgen, esta vez no iban con el izquierdo por delante, esta vez la mecían con dulzura como a una niña pequeña.
La pequeña se que asombrada ante tanta belleza. De nuevo miro a su abuela y esta vez le dijo "Abuela esa es mi virgen, esa es mi esperanza"
Notó como se le saltaron las lagrimas. Una nueva trianera más en la familia.
Pasaron dos años, dos años en los que aún no había podido ir a ver a su virgen y su cristo por las calles de Sevilla. Pero por fin llegó ese día. Su primera madrugá.
La emoción de la niña era inexplicable, llegó allí y vio al Gran Poder, pasó el Silencio y luego el Calvario. Pero cuando el ultimo capirote del paso de virgen del Calvario pasó, apareció la cruz de guia. Esa cruz de guía donde ponía Triana. De pronto los nervios se apoderaban de ella. Lo vio aparecer y sin poder remediarlo comenzó a llorar. Justo en aquel momento acaba de cumplir su sueño. Por fin los había visto.
Desde aquel año, nuestra pequeña niña no volvió a faltar a ni una sola madrugá.
Y sí, ahora te puedo decir que esa niña soy yo misma. Que desde que tenía cinco años este sentimiento cada vez es más fuerte. Que uno de los mejores días de mi vida fue cuando me pude colgar esa medalla y jurar las reglas de mi hermandad.
Ahora con mis quince años aún me queda algo por cumplir, colocarme ese antifaz, coger mi cirio y realizar mi estación de penitencia junto a ellos.
Supongo que ahora podrás entender un poquito más porque mi corazón lleno de esperanza está. Porque mi pasión es la Semana Santa sevillana. Y porque llevo sangre de Triana. ♥


Att: Desde un corazón cofrade & trianero. ;$












Sábado  19 de Noviembre de 2011.


~ Y de pronto comienzas a sentir como allí a lo lejos se van escuchando los sones. Notas como con cada nota tus vellos se erizan. Como sin querer comienzas a temblar. Sí, sabes que esta cerca. Que queda poco para tenerlo ahí, justo delante tuya. Sabes que va a ser otro momento inolvidable. Miras a tu cuello, & ves esa medalla ahí colgada. Te dices para ti misma, "La suerte que tengo de poder llevar esta medalla." Mientras tanto, las cornetas no paran de sonar, cada vez están más cercas & tu corazón lo nota. La respiración se te corta & tu corazón comienza a latir con más fuerza. ¿El motivo? Acabas de ver a ese caballo  asomar por la esquina de la avenida. Ves como miles de personas le aplauden,  ves como anda. 
Y de pronto lo paran, justo delante tuya, miles de aplaunsos se escuchan. Retumban en las paredes de la Catedral. Por tus mejillas corren lagrimas de emoción. Es todo un año, de espera & por fin lo tienes ahí. 
Vuelve a sonar el martillo, al grito del capataz. Y como no, es Triana & Triana es diferente, el caballo no anda, el trianea con el izquierdo por delante, el no hace una "levantá" normal no, a Él lo levantan al son de las cornetas. Es increíble. Pone en pie a toda una avenida. 
Poco a poco, se va marchando, entra en Catedral. Y es justo ahí cuando dices, se nota que Triana a pasado. 



Domingo  18 de Diciembre del 2011.

Lo que ayer sintió mi corazón, simplemente no tiene palabras. Estaba allí, tan cerca. Era ella. Mi Esperanza. 
Cuando entré, en esa Capilla de los Marineros, algo pasó en mi interior. Sí, de pronto llegó hasta mi ese olor a incienso, ese olor a Semana Santa. De fondo, sonaban las cornetas, sonaba "Esperanza Coronada" de pronto habíamos vuelto a ese Jueves Santo "Madrugá". Miré y allí, al fondo estaba ella. Con su piel morena, y su mirada dulce. 
Notaba como al mismo tiempo que me acercaba a ti, mis manos temblaban más y más. Parecía que mi corazón de un momento a otro salía de mi pecho. Por mi mente solo pasaban esas "chicotás" trianeras que solo a ella saben hacerle. Llegó a mi mente aquella imagen de mi primera "madrugá". 
De pronto, estabas allí, te besé la mano, y sin poderlo evitar, allí justo delante tuya, al mirarte a los ojos, como nunca antes lo había hecho una lágrima cayó por mi mejilla. No se puede evitar lo inevitable. 
Y allí me quedé, contemplando tu belleza, tu mirada. Parecía que allí dentro el tiempo no pasaba. 
Mi cuerpo no paraba de temblar. Al igual que ahora, mientras escribo esto, mis manos tiemblan más, y más.
Sé que esto poca gente lo entiende, pero ¿Y qué?. Para mi, es de las cosas más importante de mi vida. Es algo como ya dije al principio inexplicable. Hay que nacer con ello. Y sobre todo hay que crecer junto a ella. Esto solo lo puede comprender un trianero de corazón.